Y HABLANDO de los sonidos de las palabras y de lo que sugieren… ¿os habéis preguntado alguna vez cómo una palabra tan bonita y aristocrática como Hispania degeneró en algo tan plano y de mala leche como España, que es una palabra que se dice mejor cuando estás enfadada? Ni en Marañón, AzorÃn, Ortega o Unamuno he leÃdo nada referido a ese cambio en mi opinión nada superficial, y fÃjate que tienen páginas y páginas dedicadas a desentrañar la esencia de España. La explicación que le doy yo: mientras Hispania fue solo el nombre de un lugar geográfico plural, sin telaraña jurÃdica ni ambición uniformadora, que no concitaba amores ni odios, pudo permitirse su hache maravillosa, sus Ães aristocráticas y su delicado diptongo final, porque se pronunciaba de forma sana, serena, meramente descriptiva; pero cuando se convirtió en una imposición legal y cultural monocroma, en urna donde se vertÃan por igual amores y odios, el pueblo fue deformando sin querer su nombre con el fin de simplificarlo y que sonara más militar, más enfático, más Uno. ¡Hispania era un nombre para vivir, España es un nombre para dominar! Mi hipótesis es que se pasó de Hispania a España a medida que el primer nombre empezó a pronunciarse con fanatismo. Probad a decir Viva Hispania o Me cago en Hispania y veréis que no funciona: se derivó a España porque se necesitaba un nombre para decirlo mientras se da un puñetazo en la mesa, lo mismo a favor que contra ella.