TRUMP HA firmado una orden ejecutiva para que en las escuelas de USA se estimule la educación patriótica. Se llama Comisión 1776 y nace para hacer frente al Proyecto 1619, iniciativa de The New York Times Magazine que surgió en agosto de 2019, el 400 aniversario del comienzo de la esclavitud estadounidense, con el objetivo de replantear la historia de USA situando las consecuencias de la esclavitud en el centro. "A nuestra juventud se le enseñará a amar a los estadounidenses con todo su corazón y con toda su alma", ha dicho Trump, y aquí es donde yo he reventado de risa, porque lo que ha dicho el presidente es el fundamento de todo patriota: la historia de mi país es fabulosa por la razón de que lo amo mucho y quien diga lo contrario es un antiamericano. Para el patriota, Francisco Pizarro no pudo hacer eso, Mao Tse Tung no pudo hacer eso, Fidel Castro no ordenó campos de reeducación para los homosexuales, es imposible que los padres fundadores tuvieran esclavos, los franceses no se comportaron así en Argelia, el Renacimiento italiano no comenzó con el saqueo veneciano de Constantinopla,  simplemente NO PUEDE SER, hay un elemento irracional dentro de sus cerebros que lo rechaza con violencia, y así, como todos los países del mundo se fabrican una historia basada en mentiras o photoshop varios, se da la paradoja de que la historia universal es un cúmulo de atrocidades y en cambio las historias nacionales no: las historias de cada nación son como las que Trump quiere, un prodigio de amor donde brilla el heroísmo de nosotros los honrados y hasta las masacres se hacen con mucho cariño.