"SOMOS EL país más autocrítico del mundo". Esta frase quejosa la puedes escuchar mucho en España, pero también en Argentina, y descubro durante estos días que también se escucha en Francia, naturalmente en exclusividad, como todo lo referido al invento patria. El presidente Macron, tras el incidente con su mujer, declaró que "el problema de Francia es que somos demasiado autocríticos", y hace unas horas Al-Khelaïfi, presidente del PSG, ha hecho unas declaraciones en el mismo sentido: "Tenemos que dejar de ser tan críticos los unos con los otros y empezar a ser positivos para que el fútbol francés se convierta en el mejor de todos".

Qué casualidad que el espíritu crítico, que parece un valor cuando se aplica en otros sembrados, en el momento en que se aplica en el sembrado patria ya les parece mal a muchos.