Y ESE es el problema de España, uno de sus problemas: la mayoría de la población de tres de las zonas más pujantes, Madrid, Catalunya y Euskadi, sino las que más, es anticonstitucional. Los madrileños acatan la Constitución porque no les queda más remedio, igual que los vascos y los catalanes, pero tanto los unos como los otros quieren MÁS, los unos quieren un estado centralista y los otros más autonomía o incluso un estado propio. 

¿Me atrevo a decir que España tendría algún futuro si se consiguiera arrancar a Euskadi, Catalunya y Madrid del territorio ibérico y expulsarlos al centro del Pacífico, a un lugar donde además serían felices, pues necesitan de la cercanía de los otros para seguir enfrentándose? ¿Me atrevo a decir que lo que emparenta a madrileños con vascos y catalanes es el complejo de superioridad y el privilegio de haber nacido en un lugar, el uno porque es la capital y los otros dos porque han hecho de la cultura del agravio su forma de sacar provecho?

Pues ya lo he dicho.