SUPONGO QUE estaréis al tanto de la noticia de la universidad Bicocca de Milán, que decidió suspender un curso sobre Dostoyevski a causa de la invasión rusa de Ucrania y luego ha rectificado. Este tipo de comportamientos estúpidos, sin embargo, no son tan excepcionales: Stefan Zweig cuenta en sus memorias El mundo de ayer cómo, al comenzar la Primera Guerra Mundial, se libró una lucha cultural entre naciones: Shakespeare fue proscrito de los escenarios alemanes; Mozart y Wagner, de las salas de conciertos franceses e ingleses; los profesores alemanes explicaban que Dante era germánico; los franceses, que Beethoven era belga; sin escrúpulos requisaban los bienes culturales de los países enemigos, del mismo modo que los cereales y los minerales.