NO ES cierto que se pueda ser español y catalán de forma igualitaria, al menos de forma jurídica: precisamente la del estado-nación es una fórmula vertical que concede a lo nacional prevalencia sobre lo autonómico, con el sacrosanto Tribunal Constitucional de por medio para garantizar quién tiene la sartén por el mango. No existe por tanto la fórmula español & catalán sino la de español > catalán. Para remediar esa asimetría nació precisamente el Plan Ibarretxe, que no era ninguna propuesta de independencia sino de asociación y cosoberanía: el punto básico de aquel plan era la fundación de un nuevo Tribunal Constitucional para Euskadi que fuera paritario, integrado a partes iguales por representantes vascos y representantes del estado central. Si el plan Ibarretxe se hubiera llevado a cabo, ser vasco y español a la vez, inter pares, habría sido posible desde el punto de vista jurídico. Pero no sucedió ni sucederá nunca, salvo milagro o hecatombe nuclear, porque la palabra compartir es enemiga de una estructura fascista como la del estado-nación. Estructura fascista, por cierto, que es la misma que piden los independentistas vasco-catalanes y que les sitúa al mismo nivel de facherío.