DESDE QUE los vientos fuertes de marzo hicieron que la bandera estelada del balcón de Juanmi cayera sobre el balcón de Teresa, que luce una bandera española, en mi bloque no se habla de otra cosa: los vecinos nos reunimos en tertulia para darnos el parte de guerra. Unos piensan que Juanmi bajará a reclamar su estelada, otros que será Teresa quien suba a devolverla; pero la mayorÃa dice que no habrá lugar para el encuentro, pues ni siquiera se saludan en el rellano. También hay quienes aventuran que el caso acabará en comisarÃa, pero lo que más nos ha hecho reÃr es lo que asegura la cachonda de Patri, la del cuarto: ella vaticina que el encuentro entre los dos será húmedo e intenso, tan intenso que acabarán vaciando una caja de condones después de hacer intercambio de banderas, "pues nada hay más parecido a un patriota español que un indepe catalán". En cuanto a mÃ, que tengo el balcón libre de banderas, este episodio me ha hecho encontrarle una ventaja a vivir en el último piso: aquà es imposible que me caigan de arriba las banderas de los demás.