CÓMO ME gustan los rollos de papel higiénico, impresos con la bandera estadounidense o británica, que se pueden comprar en algunas tiendas de esos países. Tengo dicho, y no porque se lo haya leído a Kundera, que el índice de fortaleza de un país reside en la tolerancia que mantiene con sus antipatriotas. De Gran Bretaña procede el Brexit y la famosa insularidad, sí, pero también es cuna de personalidades tan poco patriotas como Virginia Woolf, Bertrand Russell, Charles Chaplin o John Lennon; Alemania conoció a Hitler, sí, pero también a célebres no germanistas como Goethe, Schopenhauer, Nietzsche o Hesse; en Francia nació el chauvinismo, pero de Francia son antichauvinistas tan exagerados como Stendhal, Flaubert, Genet, Breton, Bataille, Brassens o Cantona. Otro exclusivismo es el judío, pero judíos eran Jesucristo, Karl Marx, Rosa Luxemburg, Emma Goldman, Einstein, Feynmann o Hannah Arendt. Y qué decir del país más patriota del mundo actualmente, Estados Unidos: de allí eran Mark Twain, Ezra Pound, Henry Miller, Muhammad Ali, Bill Hicks, George Carlin, Susan Sontag o Ursula K. Le Guin, y todavía hoy mantiene una nómina de celebridades que todos los días son tachadas de antiamericanas: pienso en Chomsky, Oliver Stone, Michael Moore, Barbara Kingsolver o Martha Nussbaum.