A MÍ Ludmila y Adrián y Koldo solo me interesan en cuanto personas, no en cuanto vascos, catalanes o españoles; por eso puedo hablar con cualquiera, sea indepe, nacionalista o patriota, en quien el elemento nosotrista no haya engullido toda su humanidad principal. El problema es que existen seres en quienes lo vasco, catalán o español ha triunfado tanto que ya no queda persona, porque desapareció para siempre dentro de los pliegues de su bandera.