A LOS extraterrestres se les recibe bien, si vienen, como hace cualquier persona educada. Y si vienen con intenciones de invasión, tampoco hay que enfrentarse hasta que respondan a estas preguntas:

—¿En vuestro planeta se salva a los inmigrantes a punto de ahogarse o se les arroja pelotas de goma con el fin de que se ahoguen antes?

—¿Existe libertad de movimientos o se detiene a las personas según el color de su piel y se les mete en la cárcel por falta de papeles administrativos?

—¿Todos sois iguales ante la ley o el jefe del estado puede matar al que le plazca o acumular cuentas bancarias corruptas sin que le pase nada?

—¿Os obligan a leer escritores de segunda y tercera fila u os dejan leer a los mejores?

—¿Cuidáis los recursos y los otros seres de vuestro planeta o los explotáis sin piedad?

—¿Resolvéis vuestros problemas según la razón y la justicia o según la posición de fuerza?

—¿Podéis animar a los deportistas que os dé la gana o se os estimula a animar a mediocres y dopados?  

—¿Podéis vestiros o practicar sexo de muchas maneras o solo de las formas más aburridas?

—¿Adoráis a seres invisibles que imponen morales contra los cuerpos y las mujeres o el vuestro es un planeta laico?

—¿Los monumentos y calles de vuestras ciudades conmemoran la bondad y el talento o a gentuza genocida?

—¿Las mayores fortunas de vuestro planeta corresponden a personas meritorias o a los seres más viles y con menos escrúpulos?


Apostatar de los humanos y dejar de ser terrícola coronaría mi vida. Ya están tardando en llegar...