ESCRIBÍ QUE las naciones no solo no conservan la variedad cultural dentro de su territorio, sino que su propia estructura tendente a garantizar la unidad y aumentar la fuerza provoca el efecto contrario: la disminuyen. Y justo en los días en que lo tecleaba todos los diarios dedicaban amplios espacios a la muerte de la actriz Encarna Paso. Y bien: ¿quién era Encarna Paso? Porque yo nací en 1974 y, aunque no sé mucho de cine español, puedo decir al menos veinte nombres y nunca he oído el de Encarna Paso.

Lo he escrito muchas veces y lo vuelvo a repetir hoy: una nación no quiere que conozcas ni que te realices ni que te amplíes, sino que pertenezcas y te identifiques con ella. La identificación se consigue promocionando y repitiendo hasta el hartazgo a unos pocos héroes, unos pocos mitos, unas pocas estrellas, unos pocos platos típicos, unos pocos escritores, unas pocas fechas, a la vez que se fomenta un solo idioma, una sola historia, una sola cultura. En la España de los últimos veinticinco años, solo ha habido espacio para Antonio Banderas, Pedro Almodóvar, Penélope Cruz y Javier Bardem como estrellas de cinco puntas del cine español. Después de ellos, se ha informado sobre otros diez o quince nombres, estrellas de tres puntas, y después de ellos… nada.

¿Pensáis que, si España hubiera dado 300 Cervantes, habría manera de identificarse con los 300? ¡Tener 300 Cervantes NO LE VIENE BIEN a la nación! Los que fabrican el canon tendrían que reducirlos a tres o cuatro con el fin de que pudieran ser exprimibles. 

Se muere una actriz que se supone es gloria de la patria y el 90% de los españoles no sabemos quién es ni de oídas ni de leídas. La mejor generación de la historia del tenis español se está retirando y en todo este tiempo el 95% de lo publicado solo se ha referido a Rafa Nadal. El motociclismo español es el mejor del mundo y solo se habla de Marc Márquez. Morirá Antonio Gamoneda y solo cuatro chalados lo habremos leído y sabremos quién es. ¿Queréis variedad? Defended el barrio, defended lo local, defended los lugares naturales donde surge la cultura. ¡No me vengáis con que la nación garantiza la variedad porque la nación es justo lo contrario, es un engendro que sacrifica a la colmena para que luzcan más las abejas reinas!