EL SHOW español consiste en que España, desde los Borbones, trató de imponer el modelo francés (estado centralizado con una capital, una lengua, una historia y una cultura), pero fracasó porque le faltó continuidad, medios económicos y, sobre todo, porque se encontró con dos regiones, Euskadi y Catalunya, que demostraron suficiente personalidad para impedirlo, aunque no tanta como para imponer el modelo suizo (estado confederado con cuatro idiomas, cada uno de los cuales es el único idioma vehicular en la zona que le corresponde). La constitución de 1976 fue un pacto entre el modelo francés y el suizo: se garantizaba que cualquier español conociera el castellano y pudiera estudiarlo en todo el territorio, pero tanto el gallego como el euskera y el catalán pasaban a ser cooficiales en sus respectivas comunidades, a la vez que las autonomías tomaban el control de la educación. La razón de que este pacto salomónico haya fracasado estriba en que ninguna de las partes se creyó realmente lo que decía, y mientras el nacionalismo vasco y catalán mantienen sus pujos independentistas, el españolismo sigue siendo igual de centralista que siempre. La mayoría de los españoles son anticonstitucionales: el estado de las autonomías les parece demasiado o demasiado poco. Como unos no tienen la fuerza suficiente para imponer el modelo francés y los otros tampoco alcanzan para independizarse o imponer el modelo suizo, ¿qué es lo que ocurre? Pues que el show continúa…