ESCRIBE VASILY Grossman en Que el bien os acompañe:
Y de pronto me acuerdo de la caricaturización habitual de los armenios, de los chistes tontos y subidos de tono del repertorio ruso. ¡Sí, por supuesto, los armenios son primitivos! Son pederastas y estafadores, los personajillos ridículos de esos chistes.

[...] Es triste que la mayor literatura del mundo y sus exponentes hayan contribuido a la despreciable empresa de reforzar el estereotipo del armenio como buhonero, lascivo y corrupto.

¿Por qué la literatura rusa ha recurrido a ese cliché, por qué ha inculcado ese odio obtuso y chovinista?
Lo que dice Grossman no pasa solo en Rusia, sino en todas las naciones del mundo, acentuado desde que el estado secuestró la literatura como manera de asegurar la cohesión de la nación. Un escritor puede escribir sobre las flores, la fugacidad de la vida o sobre Rusia, pero solo si escribe sobre Rusia favorablemente tendrá asegurada la atención de grandes masas de lectores, aunque sean de bajísimo perfil, y será protegido por el mismo estado como parte de "nuestra cultura". Los pobres armenios nunca quisieron ser turcos ni rusos y, al no querer, generaron resentimiento en la población de esas dos grandes naciones, de modo que escribir mal sobre ellos, a sabiendas de que esos folios iban a ser muy festejados "en casa", fue una manera muy barata para muchos escritores de conquistar posiciones en la literatura. Luego, cuando sucede el genocidio y mueren entre uno y dos millones de armenios, los escritores nacionalistas miran para otro lado, porque además muchos de ellos quizá no vieron a un armenio en su vida y se limitaban a propagar los prejuicios "de oídas".


MI FILOSOFÍA de lectura podría resumirse en una constante ampliación individualista de las curiosidades. Estoy tanto contra el folclorismo como contra el imperialismo cultural: a mí nunca se me ocurriría acudir a una tribu de Indonesia a decirles, hey, desgraciados, ¿no sabéis quién es Cervantes, quién Shakespeare, quién Dostoyevski? Pero igual que dejo libre lo que permanece virgen, me crispan los que nostálgicamente quieren regresar a un lugar que nunca existió. ¿Y cómo íbamos a regresar a las literaturas nacionales, si os las habéis inventado entre el siglo XIX y XX? ¿Acaso no os dais cuenta de cuán novísima es la pequeñez de vuestro "nosotros", que durante cinco siglos la Divina Comedia de Dante fue considerada "nuestra" en toda Europa?


EL PATRIOTA promedio tenía razón al indignarse con Benzemá cuando se negó a cantar La Marsellesa al comienzo de los partidos de Francia:

—Si te fijas en la letra —se justificó el delantero—, la Marsellesa llama a matar, y eso a mí no me gusta.

Benzemá había sometido el himno de su país a un escrutinio racional, justo lo opuesto que exige el patriotismo, que es una cuestión de fe. ¡Así que usted, señor Benzema, no está dispuesto a amar a Francia sin condiciones! ¡Sin ningún matiz! ¡De manera ciega!


CÓMO SERÁ el carácter bovino de tus congéneres, que durante la Vuelta Ciclista a España todo fue bien durante las diez primeras etapas, con protestas propalestinas que entraban dentro de lo responsable, pero fue llegar a Bilbao y liarse, obligando a la organización a suspender los últimos kilómetros de la etapa, y a partir de ahí se despertó el instinto borreguil y empezó a haber problemas en todas las provincias y autonomías, llegándose a poner en riesgo a los corredores. Me viene a la cabeza Lichtenberg, que dijo una vez sobre la España que le tocó a él: "Los alemanes necesitan escuchar "hace frío" de boca de otros para atreverse a decir que hace frío".


DICE UMBRAL en Del 98 a Don Juan Carlos:
El casticismo ha dado en España a Unamuno y a Franco, a Azorín y Primo de Rivera, a Joselito y Belmonte, a la Argentinita y García Lorca. El europeísmo ha dado a Ortega y Nuria Espert, a Ramón Gómez de la Serna y Madariaga, a don Manuel Azaña y José Antonio Primo de Rivera. 
Cómo será la carga étnica de este bochornoso país, que se considera "europeístas" a Ortega, José Antonio, Gómez de la Serna o Madariaga, cuando desde la mirada maricrónica son españolada nivel Jesulín de Ubrique.

Ortega y Gasset: el 80% de su obra versa sobre el monotema España y la búsqueda estúpida de un hilo espiritual que conecte a los españoles desde las cuevas de Altamira hasta la Puerta del Sol.

José Antonio: Sostiene que España tiene una misión universal, exclusiva, alejada de cualquier modelo extranjero; proclama que se puede responder con violencia física a quienes rechacen a España de forma verbal: "Cuando se discuta la unidad permanente e indisociable de España, no cabe más dialéctica que la de los puños y las pistolas".

Gómez de la Serna: En sus Retratos manifiesta algún interés por escritores europeos, sobre todo franceses, pero a la hora de la verdad, ¿sobre quién hace sus biografías? Sobre Goya, El Greco, Quevedo, Valle-Inclán, Velázquez, Isabel la Católica...

Madariaga: Basta con leer el título de alguno de sus libros esenciales para conocer su "europeísmo":  España. Ensayo de historia contemporánea, El ciclo hispánico, El auge del imperio español en AméricaMujeres españolas, Hernán CortésGuía del lector del Quijote, De Galdós a Lorca...

Europeísta es Stefan Zweig, que escribe lo mismo de Magallanes, Balzac, Nietzsche, María Estuardo o Tolstói; europeísta es Nietzsche, que en esta página le pega un palo a Platón y a Stuart Mill, en la siguiente abraza a Salustio y a Kierkegaard, y en la siguiente besa a Stendhal y Dostoyevski. ¿Un europeísta con la proporción 5% Europa y 95% España? No, gracias.


¿QUÉ OS dije anteayer de que había muchos indicios para sospechar de la solidaridad del "pueblo vasco" con Palestina? Justo hoy sale una noticia señalando que uno de los portavoces que lidera las protestas fue recaudador de ETA.

Solidaridad a la carta lo llamo yo a esto. ¿Invaden Ucrania? No tenemos nada que decir, la culpa es de la OTAN. ¿Dictadura en Cuba o Venezuela? No tenemos nada que decir, la culpa es del bloqueo. ¿Genocidio en Palestina? Ah, ah, esto sí que es intolerable, además los palestinos son como nosotros, víctimas de un país opresor.

Y no se me olvide hablar del elemento antisemita, aunque sería más propio hablar de antijudaísmo. ¿Como puede ser que desde 1950 el estado israelí haya matado 134.000 palestinos y ocupe con razón todos los telediarios, pero en el mismo período en el Kurdistán hayan sido asesinados 200.000 kurdos y no tenemos Europa ni "pueblo vasco" que les muestre una solidaridad semejante?


LO QUE pasó ayer en la Vuelta Ciclista a España a su paso por Bilbao, con tantos ciudadanos manifestándose en favor de Palestina, hubiera sido bonito si no fuera por la pequeña trampa de que esos manifestantes, a priori levantados contra la injusticia, formaban parte de una colectividad, los vascos, a la que siempre le ha gustado equipararse a los palestinos, los saharauis, los kurdos o los tibetanos. Ya sabéis: los palestinos y nosotros, en fin, siempre oprimidos, etc.

Por esa misma razón yo corté para siempre con cierto antirracismo de índole no pacifista, el representado por Angela Davis, cuando esta trató de visitar a Arnaldo Otegui en la cárcel de Logroño, dando a este terrorista demostrado la campaña de propaganda más deseada de su vida: "Angela Davis y Arnaldo Otegui juntos = los negros y los vascos unidos = los oprimidos del mundo unidos".

En los treinta años que pasé en Vizcaya, lo que yo vi es que los "opresores españoles", por ejemplo mi madre de Burgos, ocupan empleos peores, tienen una renta per cápita inferior a la de los autóctonos y ni siquiera se atreven a manifestar su españolidad (sí, manifestar tu españolidad es una estupidez, pero ni un centímetro menor que manifestar tu vasquidad). Para que esta situación se prolongara sine die, los vascos nacionalistas usaron el euskera como apartheid, con el fin de garantizar que hasta el mayor mediocre autóctono estuviera siempre por encima de los inmigrantes ibéricos con más talento. 

Los vascos pueden compararse con los catalanes, los corsos, los escoceses o los quebequenses, colectividades que mantienen estructuras autónomas muy fuertes, similares a las de un semi-estado, que hacen que los autóctonos mantengan el control de ese territorio al 100%, a pesar de no tener un estado oficial. Dentro de esas estructuras, el que se siente español o francés o inglés o canadiense está en desventaja, a pesar de que viva en-su-propio-país. Nada que ver con la opresión que sufren los negros, los palestinos, los kurdos, etc.

Bienvenida sea la solidaridad con Palestina, pero más la de unos que la de otros. En el caso de Euskadi, si se me permite forzar las cosas tal como ellos las fuerzan para aparecer como víctimas, los israelíes son los vascos autóctonos y los palestinos los inmigrantes españoles.


EN EL mismo reportaje dice Susana Gisbert, fiscal de delitos de odio en la Comunitat Valenciana:
Los autores de delitos de odio son personas 'normales' con todas las comillas, que no pertenecen a ningún grupo, que piensan esto y se ven legitimados por las redes o declaraciones de políticos.
Claro. Esto lo llevo diciendo yo desde hace siglos, que ni el nacionalista vasco ni el patriota español son personas con cuernos y tridente, sino personas perfectamente racionales que, de pronto, en el aspecto de su vida que afecta al nosotros, suspenden su racionalidad y se comportan de forma animal. Esto no se puede decir muy alto; conviene que el racista sea considerado un loco o un bruto o una persona fuera del promedio porque, si lo consideramos una persona como tú y yo, igual tendríamos que acudir a las raíces del problema, que comienzan cuando en la escuela te dicen que Lorca es nuestro y en cambio Whitman no, o que en la batalla de Lepanto "nosotros" hicimos noséqué hazañas o que en Trafalgar los ingleses nos hicieron nosequé, o cuando el locutor de la televisión nacional te dice que el deportista extranjero le está haciendo trampas al nuestro, o que hemos quedado en el puesto 24 de Eurovisión con injusticia. El racismo no es más que una radicalización del nacionalismo y el patriotismo, que a su vez son dos radicalizaciones del cariño por un pseudolugar, pues el lugar donde por azar has nacido siempre es mucho más pequeño que el que les interesa a ellos.

Si empezáramos a devanar la madeja de los delitos de odio, igual nos daríamos cuenta de que existe un odio constituyente, que se enseña como "amor" en las escuelas y en las instituciones oficiales, que consiste en la conformación de un "nosotros" inventado, donde los de nuestro país son más guapos y lograron más hazañas y poseen un idioma más lindo que el de los demás. El racista no hace más que defender lo que le ha enseñado su colectivo.

Mientras no os atreváis a meter mano en el odio bueno, el odio malo nunca tendrá final.


SAMUEL JOHNSON es ese autor que aparece en todos los diccionarios de citas con esta frase célebre, "El patriotismo es el último recurso de los canallas", pero he aquí que descubro en el libro de Boswell que él tampoco fue inmune a la onfaloscopia colectiva. Cuando empezó a trabajar en su famoso Diccionario, hubo quien dudó de que pudiera concluir en solitario una tarea tan ardua, y respondió así:
ADAMS: Pero… ¿cómo va a ser capaz de hacer el Diccionario en solo tres años? 
JOHNSON: No tengo la menor duda de que puedo hacerlo en tres años. 
ADAMS: Hay que tener en cuenta que la Academia Francesa, compuesta por cuarenta miembros, necesitó cuarenta años para compilar su Diccionario. 
JOHNSON: Así es, en efecto; ésa es la proporción que guarda un inglés con un francés.


ESTOS DOS jugadores (AQUÍ) ficharon por el Nàstic y por el Barça B en distintas épocas, pero a los dos se les rescindió su contrato cuando se descubrió que en el pasado habían hecho manifestaciones contra los catalanes.

¿Eres pro-Netanyahu? No pasa nada. ¿Has escrito tuits contra los gitanos o los inmigrantes? No pasa nada. ¿Te han grabado arremetiendo contra los gays y las trans? No pasa nada. Pero si en el pasado has dicho algo malo de alguna mafia territorial, aunque sea para marcar paquete en el jolgorio de una celebración...

Luego hablan del integrismo islámico. El integrismo religioso lo tenemos aquí, en la misma Europa, y se llama nación.


...y además la catalanofobia no es un elemento que defina los valores de una persona ni que la anule completamente, teniendo en cuenta lo extendida que está en España. Se puede ser buena persona y catalanófobo, esto es: se puede ser buena persona al 99%, salvo ese tumor anti que además no procede de ti sino de la sociedad en que vives. A ese futbolista el Nàstic le tenía que haber dado la oportunidad de decir, en su primera rueda de prensa, "mirad, lo siento, hace un tiempo dije una burrada en el calor de una celebración, precisamente después de ganar a un equipo catalán, y ahora me siento avergonzado..."

Y quede claro que, a mi parecer, la catalanofobia solo es defecto si la practica un madrileño, un andaluz o un gallego: si en cambio la practica un catalán no es defecto, sino autodefensa ante el nacionalismo mayoritario de tus semejantes, que trata de arruinarte la existencia, pues todo nosotrismo quiere meter el arco iris en una caja de cerillas.


SE DICE: ¡Cómo los alemanes, el pueblo más culto de Europa, pudieron entregarse a los nazis! ¡Cómo pudo Viena ceder ante Hitler! ¡Como pueden los leidísimos franceses votar a Le Pen! Pero no existen pueblos cultos; la cultura es eso que profesa una minoría: la mayoría de los franceses y los alemanes y los austriacos no leen a Proust ni a Kant ni saben del psicoanálisis ni de la música dodecafónica. Si quieres saber cuál es la cultura de las poblaciones masivas, mira los programas de televisión que consumen, y entonces verás con tristeza lo que es Alemania, lo que es Francia, lo que es Austria.

Mientras la democracia esté limitada a unos kilómetros cuadrados, la muchedumbre futbolera domina y la convierte en una productora incesante de nacionalismo. La única manera de reducirlo es la derrota sin paliativos: cuando las tensiones que genera un gobierno nacionalista son tales que llevan a la catástrofe o la bancarrota, el pueblo aprende (Italia, Alemania o Japón) y se vacuna durante cincuenta años, hasta que llegan nuevas generaciones que vuelven a las andadas porque ya no recuerdan los estragos que causó. Y eso si tienes la suerte de perder: si perteneces a un país que tiene por costumbre ganar, como USA o Rusia, se asume que el nacionalismo es bueno per se y sus ciudadanos se vuelven imbéciles y semifascistas con el paso de los años, sin darse cuenta de ello.


NO ME he empezado a dar cuenta hasta este año de que el centro de gravedad de Europa es Centroeuropa, como su propio nombre indica, y no tanto los antiguos griegos, que en verdad eran pueblos costeros y euroasiáticos, ni los antiguos romanos, que en realidad formaron un imperio mediterráneo que agrupaba también el norte de África. Como en mis lecturas suelo dar especial valor a que un escritor no se convierta en lacayo de su terruño o de su nación, he comenzado a unir hilos: ¿Por qué Kafka no parece sentir Chequia? ¿Por qué Rilke no da muestras de estar afiliado a ningún sentimiento nacional? ¿Por qué Zweig en toda su obra no se muestra orgulloso de Austria? ¿Por qué Goethe, Schiller, Schopenhauer, Nietzsche, Heine o Hesse no están orgullosos de su alemanidad, sino a menudo al contrario? ¿Por qué Gombrowicz insiste a los críticos para que valoren su obra desde criterios no nacionales? ¿Por qué Freud o Einstein solo se adhieren al internacionalismo? ¿Por qué Chopin dice desde el principio que quiere que su música sea reconocida en Viena o en París y no en Polonia? ¿Por qué en Suiza hasta bien entrado el siglo XX la literatura o historia nacionales eran solo asignaturas optativas?

Durante casi dos siglos existieron europeos de verdad, al menos en la burguesía y en la aristocracia: no europeos que además se consideraban franceses o ingleses o españoles, sino europeos que se sentían solo Europa. Se movían entre Varsovia, Ginebra, Praga, Viena, Berlín o Budapest. A raíz de las guerras mundiales y la posterior absorción de gran parte de ese mundo por la URSS, el nacionalismo se activó y puso fin a ese universo único y maravilloso, en tanto era cultural-artístico y no territorial-militar, quizá la única Europa 100% que ha existido en la historia.


UN HOMBRE se encendió su cigarro en la llama de la Tumba del Soldado Desconocido de París, oh, no, mira lo que ha hecho, y ahora está en búsqueda y captura. La ministra francesa de Veteranos y Memoria, Patricia Miralles, ha dicho: "Esto es un insulto a nuestros muertos, a nuestra historia y a nuestra nación".

Es que te tienes que reír. Una prueba más de que es falso que Europa se haya secularizado a partir del siglo XVIII: lo que pasó realmente es que se sustituyó el irracionalismo de Dios por el del estado-nación.


MIRA POR dónde que también Antonio Salieri es hermano mío. Conocido universalmente por la supuesta envidia que tenía a Mozart y acusado falsamente de envenenarlo, su obra musical ha adquirido relieve en las últimas décadas. Alex Ross señala en The New Yorker el papel que la roña nacionalista desempeñó en su postergación:
El siglo XIX vio el surgimiento del nacionalismo en los países de habla alemana. Salieri fue encasillado como un intruso extranjero, un intrigante italiano, un patrón ya visible en las cartas de Leopold Mozart a su hijo. Herrmann señala perspicazmente el papel que jugó el nacionalismo en la marginación de la reputación de Salieri: “El compositor cosmopolita, que hablaba con fluidez italiano, alemán y francés y era artísticamente importante en las tres áreas lingüísticas, no podía ser absorbido por completo en ninguna nación europea. Con el surgimiento de los estados-nación, el Salieri histórico se convirtió gradualmente en una figura sin hogar, y sus grandes méritos artísticos y sociales finalmente cayeron en el olvido”. Un destino similar le ocurriría al alumno de Salieri, Giacomo Meyerbeer, otro artista paneuropeo, que desapareció a mediados del siglo XIX después de alcanzar la fama mundial.


ALGUNAS PREGUNTAS para caminar hacia una España sin España: ¿Por qué en las bibliotecas públicas de Madrid es imposible encontrar el Memorial de Santa Helena de Las Cases? ¿Has visto alguna vez que se incluya a Almanzor entre los mayores genios militares? ¿Te han hecho leer algo de Joanot Martorell, Jacinto Verdaguer, Joan Maragall o Salvat-Papasseit? ¿Por qué nadie pidió el Nobel para Cernuda? ¿Existe algún manual escolar que diga quién es José María Blanco White? ¿Por qué Humboldt no se conoce? ¿Por qué Bartolomé de las Casas es más celebrado en América? ¿Has visto alguna vez que se cite a Leopoldo Lugones o José Martí como grandes impulsores del modernismo literario, o en tu libro de literatura solo se cita a Rubén Darío? ¿Por qué se ha soslayado la importancia de Huidobro en la vanguardia?


Ayer, día de descanso en el Tour, leí que se cumplen exactamente 40 años de la última victoria de un francés, Bernard Hinault. Parece mentira, con el amor que ese país le tiene al ciclismo, particularmente al Tour. Y es admirable que lo siga amando a pesar de eso, que continúe cuidándolo y llenando las cunetas para aplaudir a los corredores. Se diría que hacen una fiesta para otros, entre ellos nosotros.
Sí, menos mal que todavía quedamos personas a las que nos interesan los deportistas con independencia del lugar donde hayan nacido. En ese sentido, no me agrada poco que Tadej Pogačar, el monstruo que está dominando en los últimos seis años, pertenezca a un país pequeño, Eslovenia, de poco más de dos millones de habitantes, de forma que se puede decir sin margen de error que es uno de los pocos deportistas, fuera del fútbol, que cuenta con más seguidores lejos de su nación; más aficionados que lo siguen no por coterráneo sino por ciclista impar.


DICE GABRIEL Rufián que VOX no gobierna en España gracias a Euskadi y Catalunya, que son dos territorios “antifascistas”. Precisamente a mí me parece que Euskadi y Catalunya casi son los dos territorios más fascistas que existen en España, si no fuera porque Madrid, a partir de 2017, ha comenzado a competir con ellos.

¿Qué es un fascista, en mi opinión? Una persona que defiende una idea cultural-identitaria de una población, la que vive en determinado territorio, y que trata de imponerla con el abuso o la presión o la violencia. Como viví treinta años en Vizcaya, puedo afirmar con precisión que el elemento violencia está presente: es imposible vivir en un pueblo rural de Vizcaya, me refiero a vivir participando en el pueblo, si no aceptas el catecismo nacionalista. Ya he contado otras veces, y hasta figuró en un capítulo de El hijo de Puskas que finalmente retiré porque carece de calidad literaria, que yo nunca fui monaguillo y solo me invitaron una vez a participar en las fiestas de Lauros por el motivo de que mi madre es de Burgos y mi padre se opuso al PNV del pueblo. Como en un pueblo rural de Vizcaya no te dejes ver en el Batzoki, enseguida te ponen el sambenito del “no se integra” y te marginan. Que no te disparen ni te pongan una bomba lapa no significa que no haya violencia en ese comportamiento. Si a alguno le parece excesivo comparar el fascismo hiperasesino de Hitler con el que practica el PNV (o Bildu) en las zonas rurales de Euskadi, estoy dispuesta a adjetivar ese fascismo con el calificativo de “blando”, pero fascismo es.

En cuanto a ERC, ¿no es ERC la que, hace unos años, acaudillada por Junqueras, montó una iniciativa para salir a las calles de Catalunya, en plan piquete informativo, a llamar la atención a los comercios que no tenían impresos los rótulos en catalán? Si eso no es fascismo, ¿qué es el fascismo? ¿Y no ha sido CIU la que ha declarado durante años, por boca de sus dirigentes, que los inmigrantes que no aprendan catalán no deberían tener derecho al voto?

Se me dirá te equivocas, Vanessa, porque tanto Bildu como ERC son de izquierdas y no existe una izquierda fascista. Claro que existe: Maduro, el Otegi etarra, Fidel Castro, Stalin o Pol Pot son claros ejemplos de fascistas de izquierda: en ellos el elemento patriótico ("patria o muerte") o el elemento imposición violenta son mucho más importantes que el elemento socialista, que es puramente decorativo. 

Me causan tanta indignación los patriotas disfrazados de izquierda que me vais a permitir una pregunta sobre la “tanta izquierda” que es Bildu y ERC: ¿Por causa de qué Otegi y Junqueras han estado en la cárcel? ¿Acaso por encadenarse ante el Congreso por El Tarajal? ¿Por escupir al presidente del gobierno por la existencia de CIEs? ¿Por insultar al Rey por la matanza ante la valla de Melilla? No, Otegi y Junqueras han estado en la cárcel porque están dispuestos a dar el 100% de sí mismos, hasta perder la libertad, no por un proyecto de izquierdas, sino por el proyecto de construcción nacional vasco o catalán, un objetivo identitario, antihumano y antigente, igual que lo es el proyecto España. E igual que España te impone sus escritores de segunda, su historia de crímenes y sus deportistas dopados, tanto Bildu como ERC están al acecho para imponerte, llegado el momento y con otra bandera, sus listas propias de crímenes, poetastros y dopados.

Por tanto, ni Bildu ni ERC son antifascistas, al menos desde el punto de vista maricrónico, ni Euskadi ni Catalunya se libran de esa pesada lacra, sino que la encabezan.


HACE CASI tres siglos Samuel Johnson ya se dio cuenta de que el pueblo elegido es el suizo:
Quienes desdeñan la capacidad de los suizos deberían decirnos por medio de qué maravilloso arte de la política, por medio de qué feliz conciliación de intereses, se ha llegado a tal concordia que, en un cuerpo compuesto por distintas comunidades y religiones diversas, no surja ninguna conmoción civil.
Suiza no tiene idioma común, sino cuatro oficiales en pie de igualdad entre ellos: como no se les ocurrió invocar la sacrosanta unidad idiomática, nunca ha habido un problema. En religión funcionan igual y tienen casi el mismo número de católicos que de protestantes, caso insólito en toda Europa, donde casi todos los países se dedicaron a perseguir a la otra parte apelando de nuevo a la "unidad".

Si tú respetas la variedad sin buscar el idioma Uno y la religión Una, la convivencia es posible y el resultado es Suiza. Si no la respetas e invocas a grito pelado la "unidad", pensando que es fácil convencer a una persona para que abandone el idioma que le ha enseñado su madre, tienes como consecuencia inmediata el nacimiento del nacionalismo unitario y de los nacionalismos periféricos: España.


LO DE Torre Pacheco, como lo de Plymouth, se veía venir: fortalecer un nosotros imaginario y sectario es una locura que siempre deriva en violencia. Las naciones, como las religiones monoteístas y las ideologías totalizantes, basadas en el esquema antiduda "esto-es-así-y-punto", son cosas malas: no hay más que escuchar el lenguaje-consigna, dirigido a oligofrénicos, con que sus dirigentes se dirigen a las masas; no hay más que comprobar, al grito de "un marroquí hizo esto", cómo manadas de subnormales suspenden su inteligencia y se dan a la caza del marroquí, de todos los marroquíes, porque se sienten respaldados por un invento terrible contra el que nadie se atreve, la patria.