Y HABLANDO de Juan Ramón Jiménez y de la dificultad que tienen los grandes escritores hispánicos para imponerse en las sociedades tristemente humildes en las que les ha tocado vivir, problema del que he escrito un poco más abajo, aprovecho para recordar que este poeta ganó el premio Nobel contra España, naturalmente, tanto contra la España de los azules como contra la España de los rojos. Escribe Lola Galán en Juan Ramón Jiménez, Nobel a pesar de España:
En 1956, después de 34 años sin un nobel de Literatura español, el poeta Juan Ramón Jiménez se alzaba con el premio. Juan Ramón, exiliado en Puerto Rico, no era el candidato de la España oficial, que había pujado con todas sus fuerzas por Ramón Menéndez Pidal, gran filólogo y erudito. Tampoco se le apoyó en el exilio. El único padrino del poeta de Moguer fue el profesor de Oxford Cecil Maurice Bowra, considerado entonces como el mayor experto de la poesía contemporánea. Bowra sugiere el nombre de Juan Ramón Jiménez cuando, en 1952, el Comité Nobel le pide candidatos. “En mi opinión es el mayor de los poetas vivos, y merece totalmente este honor", escribe.



ESTO QUE dice José Donoso en Historia personal del "boom" me viene que ni de perlas para exponer mi teoría de las sociedades hispánicas, aquellas donde se ha impuesto una humildad agresiva, de origen católico, destinada a cercenar a los soñadores o ambiciosos. Cuando triunfa la humildad y el igualitarismo más necio, se generan sociedades AMIGUETES CLUB, erigidas contra la meritocracia, por lo que puede suceder que todo un Cervantes o todo un Borges, si carecen de talento social para moverse entre los humildes, que odian ferozmente cualquier superioridad, deban esperar a que les descubran en el extranjero, en los lugares donde se valora el mérito y existe la suficiente generosidad para colocar a un español o un argentino por delante de sus autores nacionales. Dice Donoso en dos fragmentos del libro:
• • • • • El argentino podrá postular a Borges como padre, pero quizá olvide que hasta hace pocos años Borges era gusto de una élite cultural y social muy cerrada, y los que entonces eran jóvenes generalmente no lo compartían: la conciencia del valor de Borges es muy tardía —además de sobrevenir, como tantas cosas en nuestro mundo, después de su “descubrimiento” y triunfo en el extranjero—, de modo que sólo tuvo vigencia como padre a última hora. El caso de Carpentier en Cuba también es tardío.

• • • • • Borges, Carpentier, Onetti, eran casi desconocidos en Chile antes de la década de los años sesenta. La privacidad ejemplar de Onetti retardó la difusión de sus obras. La metafísica y el europeísmo de Borges, y el lenguaje excesivo de Carpentier, hacían que los tildaran, si los conocían, de esteticistas, de literatura inútil, y los relegaran.

A su vez, escribe Ramón y Cajal en Charlas de Café:
Casi todos nuestros ingenios han pasado, como el Guadiana, por tres fases: curso a plena luz, eclipse y reaparición. Y lo más triste es que el nuevo alumbramiento ha sido casi siempre obra de justicia y comprensión del extranjero. ¿Quién no recuerda que Cervantes fue descubierto por los ingleses?



…LA ÚNICA ventaja que ha traído la guerra de Ucrania es que ahora basta con consumir un solo medio occidental, me refiero de los grandes, porque resulta que de toda la variadísima gama de medios, todos superlibres, todos superindependientes, que supuestamente reflejaban todas las sensibilidades existentes, una vez que ha llegado la guerra… ¡todos dicen lo mismo, y desde la misma óptica, y defendiendo un nosotros que no se dice pero que se sobrentiende, nosotros los ricos, nosotros los desarrollados, nosotros los demócratas, nosotros los occidentales! 



OTORGAR CONTRATOS a tu hermano siendo presidenta de la Comunidad de Madrid no es corrupción, es idiosincrasia. Y hasta se manifiestan por las calles como queriendo decir: “Si tú estuvieras en la misma tesitura, harías lo mismo”. Esto es Madrid: como Pepe está lleno de mierda y Juan lleno de mierda y Marta llena de mierda, no se huelen la mierda entre ellos, ergo la corrupción aquí recibe el nombre de cotidianidad.

En los dieciocho años que llevo en esta infraciudad, dos veces me he encontrado dinero por la calle con sus respectivos documentos, y cuando los entregué en comisaría, los agentes me recibieron como si fuera el unicornio de los unicornios: “Que venga gente a devolver documentos –me dijeron una vez–, eso sí que suele suceder, pero que vengan con los documentos y el dinero, eso es noticia”. En el primer trabajo de conserje que tuve, me encontré una vez veinte euros en una plaza de garaje, así que notifiqué el hallazgo en el cuaderno de incidencias, pero al día siguiente el encargado me echó la bronca:

–¡Chaval, en tu pueblo las reglas de tu pueblo, pero en Madrid las reglas de Madrid! ¡Aquí, si te encuentras veinte euros, te los metes en el bolsillo y santas pascuas!

El 95% de los habitantes de Lauros habrían hecho lo mismo que yo de forma natural. Tuve que venirme a la capital de España para que me enseñaran que la naturalidad de aquí es que el dinero que no es tuyo no se debe devolver.


…pero entonces no existen madrileños decentes? Claro que existen, pero según una ley neorrabiosa que se me está volviendo catecismo, los únicos madrileños decentes son los antimadrileños, igual que los mejores vascos son los antivascos y los mejores catalanes los anticatalanes. La razón de que esto suceda es que las mafias territoriales están concebidas para privilegiar a unos ciudadanos sobre otros por motivos de sangre o suelo o clase social: los anti son quienes rechazan el privilegio y se niegan a celebrar al rico/autóctono y pisotear al pobre/extranjero.


DETRÁS DEL amor de antemano que siento por las personas que experimentan continuas metamorfosis, o que no distinguen cuál es su verdad entre tanta maleza, o que no consiguen conocerse a sí mismas, o que a veces se odian a sí mismas o empatizan hasta las encías con el aforismo de La Rochefoucauld, según el cual a veces sentimos que estamos más lejos de nosotros mismos que de los demás, lo que hay es un rechazo visceral de uno de los rebaños que tuve la desgracia de padecer en mi vida: los vascos. Siempre que pienso en un colectivo como premeditado contra todas mis pulsiones asimétricas y alegristas, me salen los vascos; siempre que pienso en curas y rigoristas y pelmas profesionales, me salen los vascos; siempre que pienso en algo inerte, torpe, mojigato y sin talento, me salen los vascos.

¿Y por qué, cuando pienso en vascos, siempre visualizo personas mayores? Pues siempre me salen personas de más de sesenta años con cara de NO o con cara de HAYQUE. Trato de imaginarme vascos jóvenes o niños vascos, pero tampoco me funciona porque un niño de doce años, si es vasco, tiene una edad muy superior a doce años.




SIN MANADA territorial no hay religión ni ideología que pueda causar un holocausto. No fue el fascismo el que causó cuarenta millones de muertos, ni el catolicismo el que acabó con cien millones de indios americanos, ni el comunismo el que mató a sesenta millones de personas, ni la democracia la que lanzó las bombas atómicas ⇒fueron los alemanes ⇒fueron los españoles ⇒fueron los soviéticos ⇒fueron los estadounidenses.



PARA MATAR basta con una persona y una pistola, pero para construir una fábrica fordista de muerte hace falta un estado ⇒no hay asesinos de masas que sean apátridas ⇒no hay genocidio sin bandera.



LOS LUGARES limítrofes aclaran el entendimiento. Nunca habría llegado a antipatriota si no hubiera tenido a los vascos diciendo la verdad sobre España y a los españoles diciendo la verdad sobre Euskadi, porque las patrias, como decía Quevedo de los poetas, solo dicen la verdad cuando hablan mal las unas de las otras.



SI UNA nación es honrada, no te obliga a estar con ella y mucho menos te amenaza o establece sanciones por negarla; si una nación es honrada, te enseña tres idiomas internacionales para que puedas ir más allá de los Pirineos sin hacer el ridículo; una nación honrada no te hace leer a Aresti en lugar de Brecht, a Ramón J. Sender en lugar de Faulkner, a Zorrilla en lugar de Flaubert, no te hace estudiar con más detalle la batalla de Guadalete que la de Farsalia; no erige su concepción del nosotros en el principal baremo existente, no te lanza a guerras contra semejantes; una nación honrada no utiliza sus canales públicos para darte solamente los deportes donde participan los suyos, con locutores bufanderos y deficientes mentales que se dedican a despreciar y a lanzar insidias contra los rivales extranjeros. Una nación honrada reconoce que solo representa el 1% del mundo y te educa en lo antiguo y en lo lejano, una nación honrada te da los medios para salvarte de ella, porque SOLO SE AMA DIGNAMENTE AQUELLO QUE NO TE IMPONEN. Pero sucede que no existen naciones honradas ⇒todas son fachas ⇒todas son una calumnia contra la humanidad.



ES QUE me niego. Simplemente me niego a aceptar que yo, por haber nacido en Lauros, tenga unas obligaciones con los vascos y los españoles; me niego a que mi modo de ver, sentir o pensar esté condicionado/limitado por unos kilómetros cuadrados que no he frecuentado y unos millones de personas a las que no conozco; que el simple accidente de nacer en un lugar sea un accidente que me hagan pagar toda la vida. Es una cuestión de optimismo: por muy baja que sea la calidad del homo sapiens, me niego a aceptar que sus potencialidades no superen las de las hormigas o las abejas, el hombre tiene que valer para algo más ⇒para algo más que Euskadi ⇒para algo más que España.



CÓMO ME gustan los que se sienten en la libertad de elogiar a otros países por encima del suyo, me da igual de qué país se trate. Stendhal admiraba Italia muy por delante de Francia, de la que llegó a decir: "Es entrar en tierra francesa y siento que me falla la respiración". En cambio Curzio Malaparte pensaba muy distinto; escribe en Diario de un extranjero en París:
A los italianos nos maneja el catolicismo, los franceses manejan el catolicismo. Ante un católico italiano siento el abismo de maldad, de hipocresía, de esclavitud de las supersticiones, de desprecio por la libertad humana, de vileza, de amor a lo macabro, de odio a la vida. Ante un católico francés siento el soplo del espíritu libre, de la razón libre, de la conciencia libre. En Francia, la Iglesia tiene parte del poder. En Italia es el ama absoluta. Un comunista francés no es, como lo es un comunista italiano, un comunista católico. Una persona como Pascal sería imposible en Italia. Todo lo que es libre en el catolicismo italiano, no es italiano. Francisco de Asís cuenta que su madre es francesa. También en Boccaccio se nota la sangre francesa, las costumbres francesas, su sentido del humor, su objetividad, su libertad.



PREDECIBLES COMO son ellos, algunos madrileños siempre encuentran las mismas causas a todos los problemas. ¿Que hay fallos en la sanidad? Respuesta: "No se pueden tener 17 sistemas de sanidad en un mismo país". ¿Que hay fallos en la educación? Respuesta: "No se pueden tener 17 sistemas de educación en un mismo país". ¿Que hay errores en la administración? Respuesta: "No se pueden tener 17 gobiernos en un mismo país". ¿Y cuántos habría que tener? Uno, naturalmente. ¿Y en qué lugar debería estar el mando? En Madrid, mira qué pregunta.

Yo les sigo la corriente, por supuesto, porque antes verás pingüinos en el Sahara que a cierto tipo de madrileño abandonando su complejo de salvador de la patria y propietario único de la nación. Sí, les digo, hay que unificar. Porque además los madrileños sois personas muy honradas, os hablo en serio, que para nada permitís el amiguismo y el tráfico de influencias, lo juro por Snoopy, y tenéis una ciudad maravillosa donde brilla la meritocracia.

Y que estéis tan preocupados por la unidad lo entiendo, continúo, porque en vuestra ciudad brilla esa cohesión todos los días, una solidaridad entre clases que nunca será lo bastante alabada, donde los ricos pagan impuestos muy por encima de otras ciudades de España, gracias a los cuales los que viven en Pitis o Villaverde tienen niveles de renta muy similares a los de Serrano o La Moraleja, además del mismo acceso a los colegios bilingües o a la atención médica decente.

Además, concluyo, en el caso de que Madrid sufriera un bombardeo, una inundación o un virus mortífero, los madrileños al mando siempre podríais huir como gallinitas a vuestra segunda o tercera residencia en la costa, como soléis hacer sin mala intención para nada, residencia desde la cual, una vez a salvo, podríais continuar defendiendo a este país que amáis taaaanto.

¡Una sola sanidad, una sola educación, una sola historia y un solo gobierno, claro que sí, dirigidos desde Madrid y por esta gente, que siempre está pensando en nuestro propio bien!


Y ESE es el problema de España, uno de sus problemas: la mayoría de la población de tres de las zonas más pujantes, Madrid, Catalunya y Euskadi, sino las que más, es anticonstitucional. Los madrileños acatan la Constitución porque no les queda más remedio, igual que los vascos y los catalanes, pero tanto los unos como los otros quieren MÁS, los unos quieren un estado centralista y los otros más autonomía o incluso un estado propio. 

¿Me atrevo a decir que España tendría algún futuro si se consiguiera arrancar a Euskadi, Catalunya y Madrid del territorio ibérico y expulsarlos al centro del Pacífico, a un lugar donde además serían felices, pues necesitan de la cercanía de los otros para seguir enfrentándose? ¿Me atrevo a decir que lo que emparenta a madrileños con vascos y catalanes es el complejo de superioridad y el privilegio de haber nacido en un lugar, el uno porque es la capital y los otros dos porque han hecho de la cultura del agravio su forma de sacar provecho?

Pues ya lo he dicho.



ESTE OTRO chiste también me gusta mucho:
—Cervantes es el mejor escritor que jamás he leído.
—¿Ah sí? ¿Y cuál de sus libros te gusta más?
—Que jamás he leído, he dicho.
Me gusta porque ilustra muy bien la barbarie creada por el estado desde que se encarga de la cultura=etnocentrismo. Gracias al estado sabemos que los grandes autores nacionales son extraordinarios sin tener que leerlos y en algunos casos justo por el motivo de que no los leemos.



DE LO que sucede cada vez que aparecen la palabra patria y su hermana la mentira es buen ejemplo el caso de Plácido Domingo. Que a ver cómo se puede tratar así a la proa cultural de la nación, te dicen. Que cómo podemos arrastrar así a quien ha llevado el nombre de España por todo el mundo. Esta exigencia de que mintamos, ocultemos u olvidemos los aspectos no favorables de las leyendas de la patria no es nuevo. Es la que mantuvo en silencio la corrupción de la monarquía durante décadas. Es la que calla el dopaje masivo de los "años de oro" del deporte español. Es la que motivó al periodista José María García a no publicar una exclusiva referente a uno de los deportistas más célebres de España:
—No la publiqué ni la voy a publicar jamás porque los españoles van a sufrir mucho si conocen esa verdad sobre un deportista al que admiran tanto.
Es la que motivó a la revista Cuadernos Hispanoamericanos, según testimonio de Edwin Williamson, a aplazar en 1976 un número especial dedicado a Borges, quien acababa de realizar las siguientes manifestaciones a la revista Cambio16:
A García Lorca lo vi una vez en mi vida pero nunca me interesó él ni su poesía. Me parecía un poeta menor. Bueno, un poeta pintoresco, una especie de andaluz profesional. Supongo que en España lo habrán olvidado. Las condiciones en que murió fueron muy favorables para él. A un poeta le conviene morir así. Ojalá yo muriera ejecutado. Además eso le permitió a Antonio Machado –que era mejor poeta que él– escribir un espléndido poema.
Estas que pronunció sobre Lorca no fueron las mayores barbaridades o boutades de mal gusto que dijo Borges en las entrevistas, comparadas por ejemplo con otras, como que añoraba los tiempos donde se podía tener esclavos, o que lo peor que habían hecho los estadounidenses era dar educación a los negros, o que no le gustaba Brasil porque estaba lleno de negros, o que el dictador Videla y sus compinches asesinos eran "unos caballeros", o que el hecho de que los judíos sean perseguidos en todos los lugares y épocas es una razón objetiva contra ellos. ¿Por qué Borges podía decir barbaridades sobre cualquier cosa pero sobre Lorca no? Pues porque Lorca ya no es solo un poeta, sino que se ha convertido en Lorca+España y por tanto ya está blindado, es intocable: desde el momento en que lo elevaron a patrimonio nacional ya dispone de millones de borregos con la pandereta en la mano dispuestos a defenderle sin haberse leído ni una sola de sus páginas. Y esto no va referido solo a España sino a todas las Españas. Ya dijo en una ocasión Bioy Casares:
La celosa idolatría, que vela por que nadie objete nada contra algunas figuras (Shakespeare, Cervantes, San Martín), a lo largo del tiempo se fortifica incesantemente. Pope pudo objetar casi candorosamente a Shakespeare; Johnson, con pocas precauciones; hoy habría que ir contra viento y marea. Desde luego que más peligroso debe de ser atacar, dentro de España, a Cervantes, aunque no tanto como, en nuestra mansa Argentina, permitirse una duda sobre San Martín.



EN LAS películas de extrarrestres que invaden la Tierra siempre detecto el mismo fallo en el guion, y es que se da por sentado que todos los terráqueos nos uniríamos contra los invasores y no tiene por qué ser así: estoy segura de que muchos de nosotros nos pondríamos a favor de los recién llegados y hasta suplicaríamos para que nos invadieran. Defiendo el universalismo porque me parece el único nosotros no antagonista, pero en el momento en que ese universalismo se convierta en un nuevo nacionalismo, esta vez contra seres de otros planetas, no voy a tardar ni cerocomados en flirtear con el enemigo.


RECUERDO LA primera vez que me di cuenta de la galofobia que existe en Madrid. No llevaba más de un año en la ciudad cuando se disputó la final del Campeonato del Mundo de fútbol, en julio de 2006, entre las selecciones de Francia e Italia. Iratxe y yo fuimos a ver una película a los multicines de Príncipe Pío y a la salida, cuando nos dimos cuenta de que los dos equipos habían llegado a la tanda de penaltis, nos quedamos a verlo de pie en una cafetería gigante donde se hallaban lo menos cien personas. Lo que vimos nos dejó espeluznados: aunque en la selección de Francia jugaba Zidane, ídolo máximo de la afición del Real Madrid, cada penalti que fallaba un francés era celebrado con delectación por el público madrileño, y cuando terminaron de lanzarse todos y se impuso el equipo italiano, se les dedicó una ovación de varios segundos mientras algunas voces gritaban "que se jodan los gabachos" o "a tomar por el culo franchutes". Iratxe y yo alucinábamos: ¿qué les ha hecho la selección de Francia a esta gente? ¿Estábamos nosotros haciendo el ridículo al ver los penaltis sin ponernos a favor de nadie? 

Luego, a medida que vas cumpliendo años en Madrid, te das cuenta: esta ciudad está montada contra Francia. El madrileño lo mama cada día. Casi no puedes caminar trescientos metros por el centro sin encontrarte a cada paso una estatua, un arco de triunfo o una placa conmemorativa del mayo de 1808 o de la Guerra de la Independencia. ¿Pensáis que los poderes públicos hacen algo para mitigar este sentimiento? ¿Pensáis que se le ha ocurrido a alguien que ya es hora de olvidar y perdonar lo que pasó hace 200 años? Qué va: cuando el estado toma a su cargo la asignatura de historia y la función de levantar monumentos o poner nombres a las calles, los utiliza como herramienta para que se fortalezca el "nosotros" y el "ellos"; la estructura de Madrid está montada para conservar el agravio como sea, calle por calle, año tras año, siglo tras siglo.



¿Y NO habéis notado que existen personas muy patriotas que además son personas muy religiosas y además son conspiranoicas y ahora no hay manera de ponerles una vacuna porque piensan que detrás de ellas están Bill Gates, George Soros o la masonería mundial? No digo que todas, ojo, pero la relación la veo muy clara y es de lo más lógica: una vez que abrazas una superstición, abres el camino para abrazar todas las supersticiones.



LEYENDA NEORRABIOSA de la antipatria es Jean Genet, preso, ladrón y prostituto que salió de la cárcel a petición de la intelectualidad francesa encabezada por Sartre y Cocteau. En una entrevista de 1982 que se recoge en El enemigo declarado responde así:
JEAN GENET: Escuche, cuando Hitler les dio una paliza a los franceses, ¡pues bien, sí! Me alegró, me alegró esa paliza. Sí, los franceses estuvieron flojos.
BERTRAND POIROT-DELPECH: ¿Y lo que hacía Hitler, los campos de exterminio por ejemplo, también era gracioso?
GENET: Al principio, verdaderamente, no lo sabía. Pero hablo de Francia, no del pueblo alemán o del pueblo judío, o de los pueblos comunistas que pudieran ser masacrados por Hitler. Se trataba del correctivo que el ejército alemán le dio al ejército francés.
B. P.-D.: ¿Y eso le pareció gracioso?
GENET: Oh, embriagador, se lo aseguro.
B. P.-D.: ¿Y la paliza que recibió Hitler después también le alegró?
GENET: ¡Ah! En ese momento me resultó bastante indiferente. Los franceses empezaron con su tratamiento duro en Indochina y en Argelia y en Madagascar, etc. Usted también conoce la historia, y mejor que yo. [...]
B. P.-D.: En resumen, ¿usted no es ciudadano de ninguna parte?
GENET: Por supuesto que no.
B. P.-D.: Si tuviera que definir una patria, ¿cuál sería? ¿La lengua?
GENET: ¡Oh! No. Eso hice un día, un poco en broma, en L’Humanité, que había pedido que escribiera un texto. Para mí, una patria serían tres o cuatro personas. Pertenecería a una patria si luchase, pero no tengo ninguna gana de luchar por los franceses, de hecho, no tengo gana de luchar por nadie, sea quien sea, ni siquiera por los Panteras Negras. Los Panteras no hubiesen querido que luchase por ellos.